SER FELIZ ES TU DECISIÓN Marina Giaveno Terapeuta

¿Con cuál de estas fotos te sientes indentificada/o? ¿Con una, con dos, con todas? Pensemos en un día común y cualquiera. Nos levantamos contentos, salimos para el trabajo y nos enojamos por el tránsito que no nos deja llegar a horario. Estamos ansiosos y fumamos porque no sabemos el resultado de un examen. Por la tarde sentimos una profunda soledad porque se terminó una pareja y estamos tristes. Al atardecer nos avisan que falleció un conocido que ni siquiera estaba enfermo. Al rato nos enteramos que ha nacido el bebé de nuestra mejor amiga que tanto esperó durante años. Por la noche, depués de una cena, nos reconciliamos con nuestro amor que volvió porque se dio cuenta de que quiere compartir su vida con nosotros. ¿Cuántas emociones pasaron por nuestro corazón? Ahora bien, si en distintos momentos de este día común nos hubieran preguntado ¿eres feliz?, seguramente la respuesta hubiera sido afirmativa en algunos casos y negativa en otros. ¿Se puede ser feliz e infeliz al ...

A partir del libro EL SECRETO muchísima gente empezó a creer en que todo lo que pensaba atraía, pero no sé si todos tomaron conciencia de que empezaban a ser "responsables por su vida".  No te estoy hablando de que atrajiste a ese padre que te golpeaba, ni a ese vecino que abusó de vos, ni esos chicos que te pegaban en los recreos.  Estoy convencida que uno comienza a "atraer" recién cuando "toma conciencia de que puede hacerlo". Los niños no pueden defenderse solos, y es un detalle que no quiero dejar de mencionar, porque no es menor. Ahora bien, HOY sos conciente de que "lo que piensas, atraes". Si sos hombre, te pones a pensar que vas a progresar económicamente, que el dinero va a llegar a vos por sincronicidad, etc, etc.  Si sos mujer, seguramente estás pensando en "ese hombre" que quieres que esté a tu lado para siempre.  ¿Hay margen de error en ésto? No sé si llamarlo error, pero hay un DETALLE que no tenes que olvi...

Dicen que los hombres tienen diversos compartimentos en su cerebro en donde van seleccionando aquellas cosas que son de su interés: Deporte, Trabajo, Amigos, Fiestas, Familia, Pareja, Sexo, Dinero, etc. Y también sabemos que nuestra cabeza es como una gran cartera en donde metemos todas esas cosas juntas y que estan interconectadas sin un sentido lógico.  Sin embargo, en el supuesto caso de que tuvieramos "un compartimento allá al fondo", seguramente estaría ocupado por un "EL". En ese cajoncito que empieza siendo de medidas pequeñas, vamos poniendo cosas y cada vez más cosas y llega un momento en que lo expandimos, más y más. Digamos que guardamos ciertos elementos, como por ejemplo: *que me llame por teléfono, *que me mande un SMS, *que se conecte al messenger, *que me invite al cine, *que se quede a dormir en casa, *que me diga Te Quiero, *que me extrañe, *que me necesite, *que no mire a ninguna otra mujer, *que me presente a su familia y amigos, *...

Desde chicas nos contaban cuentos en donde un Príncipe Azul (¿por qué habrá sido de ese color y no, verde, por ejemplo?), llegaba a la vida de una muchacha y se iban al castillo a vivir por siempre felices.  Después vimos novelas en donde la chica pobre se enamoraba del rico y luego por un designio divino, ella era la hija de no sé qué millonario y entonces la familia adinerada la aceptaba y también vivían felices para siempre.  Ni hablar, de todo el archivo Hollywoodense respecto del tema... La cuestión es que por una u otra razón crecimos pensando en ese hombre "ideal", que llega a nuestra vida con un sonido de violines de fondo, con un aura lleno de corazoncillos, que se arrodilla a nuestros pies y pide nuestra mano. Así, una y otra vez, convencidas de ello, hemos besado sapos y cuanto bicho se acercaba, pensando que en algún momento, se iba a acabar el "hechizo maléfico". Pues no chicas, el Príncipe Azul no existe.  Existen hombres de carne y...