SÉ VOS
Cuando desde niños no tuvimos un buen incentivo frente a los errores que cometíamos o cuando no se nos educó en la autoestima, pasamos muchos años tratando de complacer o conformar a todo el mundo. Digamos que complacer al círculo de nuestros afectos, era una forma de pagar peaje para poder seguir transitando en sus vidas. A partir de esta realidad, fuimos cambiando, fuimos mutando pero no porque estuviéramos convencidos de que era lo mejor para nosotros sino en función de lo que ellos pretendían. Nos pusimos la máscara del condescendiente, del cómico, del generoso, del sumiso, del permisivo, del romántico, del chispeante, del tímido, del recatado, etc., según en el ámbito donde nos movíamos. Así los demás, felices con nuestra forma de ser nos seguían dando ese espacio e integrando a su grupo de afectos. Lo irónico de ésto, es que jamás vamos poder conformar a todo el mundo y necesariamente, un grupo nos va a discriminar. A los que les gusta la gente divertida te van a dejar...